La altitud lo cambia todo: cómo influye en el sabor del café
Publicado el junio 17 2025

En Cafestes no creemos en el café genérico. Cada grano tiene un origen, una historia y un perfil que merece ser respetado. Y hay un factor, a menudo invisible para el consumidor final, que lo determina todo desde el principio: la altitud.
La altura a la que se cultiva un café no es solo un dato técnico. Es una condición que moldea su sabor, su aroma, su cuerpo y su personalidad. Un café cultivado a 1.200 metros no se comporta igual que uno a 1.800. Y ese cambio no es sutil.
En este artículo vamos a sumergirnos en por qué la altitud es una de las variables más influyentes en el mundo del café de especialidad, cómo impacta en la calidad de la taza y qué significa para ti como consumidor exigente.
Qué significa que un café crece en altura
En el mundo del café de especialidad, cuando hablamos de "cafés de altura" no estamos haciendo una figura poética. Es literal: son cafés cultivados por encima de los 1.200 metros sobre el nivel del mar. Y en muchos casos, mucho más alto.
En zonas como Etiopía, Colombia, Kenia o Guatemala, es habitual encontrar fincas que producen cafés por encima de los 1.700 o incluso 2.000 metros. Este entorno montañoso, con temperaturas frescas y gran amplitud térmica, crea un microclima perfecto para desarrollar sabores complejos y estructuras delicadas.
Cómo influye la altitud en la planta de café
Desarrollo lento y concentrado
La clave está en el tiempo. A mayor altitud, las temperaturas son más bajas y el cafeto crece más despacio. Este desarrollo lento hace que los azúcares, los aceites esenciales y los compuestos aromáticos se concentren más intensamente en el grano.
Grano más denso y complejo
Un grano cultivado a 1.800 metros no solo sabe diferente: es físicamente distinto. Es más duro, más denso, y eso permite que soporte mejor tuestes más elaborados sin perder sus propiedades.
Impacto directo en el sabor
La altitud no actúa sola, pero amplifica ciertos perfiles que los amantes del café de especialidad valoran enormemente:
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Mayor acidez brillante y elegante
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Notas afrutadas, florales y cítricas
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Cuerpo medio o ligero
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Retrogusto limpio y persistente
Esto no significa que todos los cafés de altura sean ácidos, pero sí suelen tener una estructura más refinada, ideal para preparaciones como filtro, V60 o Aeropress.
El caso de Kenia: cafés cultivados al límite
Kenia es uno de los países donde la altitud alcanza niveles extremos: muchas fincas se sitúan entre los 1.600 y 2.100 metros. En estas condiciones, los cafés desarrollan una acidez intensa, sabores a grosella negra, pomelo, hibisco o frutas del bosque.
Un ejemplo perfecto es el Kenia Kiundi, un café cultivado a 1.700 metros sobre el nivel del mar, con proceso lavado, variedad SL28 y SL34, y un perfil que combina acidez viva, cuerpo medio y una limpieza impresionante. Cafés como este no podrían existir a menos altitud.
Altitud y tueste: una relación crítica
Los granos de café de altura requieren un perfil de tueste ajustado a su densidad. Si se tuestan como un café de baja altitud, es fácil arruinar su complejidad o quemar sus notas delicadas.
Por eso, en Cafestes trabajamos tuestes pensados para respetar la identidad de cada origen, con curvas adaptadas a la estructura del grano. Tu café de altura tiene un tratamiento a su nivel.
Entonces, ¿qué altura es mejor?
No hay una respuesta absoluta, pero hay consenso: a partir de 1.400 metros el café empieza a mostrar su potencial más interesante.
Los rangos ideales suelen estar entre los 1.600 y 2.000 metros, donde se alcanza un equilibrio entre acidez, dulzor y claridad. Pero lo importante es entender que la altitud no es un sello de calidad por sí sola, sino una condición que permite que esa calidad se exprese.
Cómo elegir un café de altura según tu gusto
Si te gusta:
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La acidez limpia y las notas frutales: busca cafés entre 1.700 y 2.000 m (como el Kiundi)
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Un equilibrio con algo más de cuerpo: 1.500 a 1.700 m puede ser tu rango
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Tueste medio o medio-claro: ideal para no tapar la expresión de origen
Reflexión final: lo que la altura aporta al café (y a ti)
Elegir un café de altura es mucho más que buscar acidez. Es apostar por una agricultura más exigente, por productores que trabajan en condiciones duras, y por una taza que ha necesitado tiempo, clima y conocimiento para desarrollarse.
En Cafestes creemos que el origen importa. Y la altitud es parte de ese origen. No como dato decorativo, sino como seña de identidad.
Cuando tomas un café como el Kiundi, no solo bebes café: estás bebiendo tiempo, altura, paciencia y pasión.
¿Te animas a probar el sabor de las alturas?
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